Tres compañías energéticas inauguran la primera planta de amoniaco verde del mundo en Dinamarca, con capacidad de producir 5.000 toneladas al año. Este tipo de amoniaco reduce las emisiones de CO2 y puede ser clave en la transición energética.
Producción de Amoniaco Verde
La planta en Ramme, Dinamarca, es un ejemplo pionero de producción de amoniaco verde a gran escala. Con el apoyo de 11 millones de euros del Programa de Desarrollo de Tecnología Energética de Dinamarca, las empresas Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas buscan optimizar el ciclo de producción para garantizar la rentabilidad del proceso.
Impacto Medioambiental
El amoniaco gris, derivado de combustibles fósiles, es responsable del 1,2% de las emisiones de CO2 a nivel mundial. Eliminar este tipo de amoniaco podría equipararse a reducir las emisiones de 1,5 veces la totalidad de Francia, según estimaciones de la consultora McKinsey.
La sustitución de amoniaco gris por amoniaco verde en la agricultura y la industria es clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el amoniaco verde se perfila como un transporte seguro y económico de hidrógeno, así como un potencial combustible eficiente.
Futuro de la Producción de Amoniaco Verde
La planta danesa establece un precedente para futuras instalaciones de producción de amoniaco verde en todo el mundo. Empresas como FuelPositive en Canadá ya han implementado sistemas de producción escalables para fabricar amoniaco verde a un menor costo que el amoniaco gris, abriendo las puertas a una transición más sostenible en la agricultura y la industria.
La reducción del 1,2% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, gracias al amoniaco verde, representa un avance significativo en la lucha contra el cambio climático. La disponibilidad de la tecnología necesaria para implementar estas soluciones hace que esta transición sea factible en un futuro cercano.